sábado, 7 de marzo de 2009

Navarino y la caja que se mueve


El que se ve dentro de la caja soy yo. Es uno de mis medios de transporte. Yo le llamo la “caja que se mueve”. Me ha llevado a distintos lugares. En ella hice el viaje (ida y vuelta) al continente europeo. Es una caja que cumple con su labor pero a mi me carga. Me revienta. La odio. Ayer me tocó subirme a ella porque tenía control en el médico-veterinario. Ahora fue mi turno. En esa misma caja se llevaron a la Imerquiña y desapareció por un mes. Por suerte a mi no me sucedió aquello. Estuve 20 minutos en el doctor, me puso dos inyecciones y me dijo, finalmente, que era un “gato atlético”. A la vuelta y como estaba podrido de meterme en la caja que me mueve, me piqué y me hice pipi y caca ahí mismo. Consecuencia de eso, me fui de baño con caja y todo. A la ducha. Otra cosa que me carga. Quedé mojado como diuca. Ya les contaré al respecto.

3 comentarios:

  1. Hola Navarino, soy Tomás... te preguntarás de a donde salí, bueno nuestros padres se conocen desde hace mucho tiempo y mi mamá te conoció cuando estabas en Juan Fernández.
    Me gustaron muchos tus historias, aunque debo confesarte que soy... un gato amarillento...pero nada que ver con tu descripcion (lamento no estar de acuerdo contigo) por que soy amarillento (eso ya lo dije) no muy grande y flaco, pero no desnutrido mi mamá dice que soy pura fibra, dada mi activa vida callejera, por lo tanto no soy un gato FOME, tengo algunos amigos y enemigos también, claro que inspiro bastante respeto en mi sector...
    Bueno, espero poder seguir conociendo tus historias... están re buenas.

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  3. Debe ser incómodo viajar en caja... aunque más seguro.
    Un abrazo Navarino, como siempre es un agrado leer lo que publicas.

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