martes, 16 de marzo de 2010

Navarino y la traición de la Sra. Naturaleza


La traición de la Sra. Naturaleza. La misma que da picaflores rojos y maravillosas islas endémicas. La misma que llamamos Madre. Ahora nos falló. Las olas fueron exageradas. Podrían haber hecho menos mal. Si todos sabían que había un terremoto en el continente. ¿Por qué mandar la ola hasta la puerta de mi casa?
Así era y así quedó. La foto de la derecha son los restos de la isla donde nací. Como ya saben, soy isleño. Y un devastador maremoto, ocurrido en febrero pasado, arrasó con todo el plan de la población donde exactamente viví, comí y gocé, junto a los gatos y gente de mi pueblo. Luego de viajar a España, la última de mis casas, donde pasé casi un año - mi último año en la Isla Robinson Cruso-, ya no está. Se la llevó unas de las siete olas que cambiaron, en un ir y venir, el rostro de un pueblo que no se lo merecía. Cuántos como yo quedaron entre las aguas que ahora son la semblanza de ese “mar que tranquilo te baña”. Sra. Naturaleza, tome mejores precauciones para la próximo vuelta. Mire que esto no es chacota. Hay isleños y gatos de por medio.
Pd. IRC: los gatos negros, grandes y gordos del mundo estamos con Uds.