sábado, 28 de marzo de 2009

Navarino vegetariano


En mi casa se come poca carne y eso para mí es un problema grave. Aunque, poco a poco, he ido adaptándome -como felino ex-carnívoro- a esta falta de criterio. Comencé de pequeño a tomarle el gusto a las betarragas y los brócolis. Ya más grande me aficioné a los espárragos en lata y a los palmitos. Ahora último he llegado a niveles desesperados y me dedico a perseguir paltas, tomates y lechugas. Ya no paro. Incluso, en ocasiones, prefiero una buena ensalada de lechuga con tomates y nueces, antes que una de esas comidas envasadas sin gusto a nada, que me dan todos los días bajo el rótulo de nutritivas y light. A diferencia mía, la pobre Imer sigue siendo una gata vulgar y corriente, se desespera cuando ve una miserable torrejita de jamón. ¡Qué poca clase!
Esta es la historia vegetariana de un gato “de color”.
En la foto, me pueden ver en alguno de mis días verdes. Con mi oscura cabeza zambullida entre tomates y lechugas.

1 comentario:

  1. Wow....¿Sabes?, te entiendo perfectamente GatoGay, en el último tiempo me he aficionado al pasto y hay ocasiones en que "el cuerpo" me pide una abundante ensalada de lechugas costinas, con trocitos de queso y aceitunas....mmmmm.....Eso si, cuando la ocasión lo amerita no hay nada mejor que un buen trozo de carne jugosa, eso al menos dice un buen amigo gatuno blanquinegro de nombre Lukas que llegó a mi vida hace unas semanas y que gusta de las frutas.....uno de estos días te lo presento para que le ayudes con un problema existencial que tiene, no sabe si es blanquinegro o negriblanco........Saludos.

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