viernes, 26 de febrero de 2010

Navarino y su doble extranjero


Mis viejos están cada día más perdidos. Ahora, como buen febrero del cono sur, optaron por salir de vacaciones. Por supuesto, a mí y a la Imer nos dejaron tirados. Como si ná... viendo pasar la estival lluvia valdiviana. Pero la verdad, eso no es nada. Los bípedos -como no pueden estar sin mí- fueron capaces de encontrar a "otro yo" durante su periplo. Y además, enroulé, comme moi! No serán los muy...
Primero, otro como yo: no hay!!!
Segundo, ese es un simulacro, un impostor, un otro, un doble de mí mismo que no me llega -si se moviera, por lo menos- ni a los talones...
No serán -en esos lugares donde esta gente vacaciona- los gatos negros tan tranquilos como una foto? Como el de la foto que está acá arriba, digo.
Como pueden ver hay todo tipos de gatos. Gatos para tirar a la chuña. Entre ellos éste, que -a vuelo de mirada y en honor a la verdad- algo tiene de ese pelaje negro brillante-acolchonado que me caracteriza. Es que entre felinos del allá y del acá: "no hay gato encerrado".

domingo, 7 de febrero de 2010

Navarino y Hugo: un perro andaluz



Este es Hugo. Un perro hijo de unos amigos de mis padres. Es guapo, grande y peludo. Por lo visto bastante simpático (así, por lo menos, se ve en la foto). Personalmente no lo conozco. Es un perro andaluz, de Sevilla, y hay dos cosas de él que me llaman la atención. Una buena y otra mala. La buena es que es negro. Gordo no, pero grande y negro. Como yo. Y la mala es que siempre lo comparan conmigo. Todos los amigos que nos conocen a ambos, es decir, a Hugo y a mí, nos comparan. Comparaciones inútiles. Él es perro y yo gato. Yo tengo una vida gatuna envidiable que ya se quisiera Hugo. Él es perro andaluz y yo gato insular con residencia temporal en tierras flamencas. Y olé!