lunes, 5 de abril de 2010

Navarino y su casa que ya no existe


Señores ¡Esto es una locura! Hay que decirlo. Donde me ven es la baranda de la terraza de la última casa donde viví en mi querida isla de Robinson. Aquella foto de archivo muestra los veinte metros de distancia que tenía mi hogar del mar. Y hace poco más de un mes, el mar de esa tranquila bahía se enojó y se metió al pueblo hasta sus narices! El mar se desbordó de su sitio para arrasar con parte del poblado San Juan Bautista. Tanto que esa/mi cabaña ya no existe (como tampoco muchas construcciones más). Se fue la municipalidad, el registro civil, la capitanía de puerto y hasta la oficina donde trabajaba mi padre. El mar al entrar y salir -en la tragedia sin duda más grande del archipiélago en su historia- se llevó hasta mi excasa. Los que allí vivían ahora se quedaron sin nada… Fuera de lugar y con un proyecto de rehacer vidas, familias, gatos e islas.

1 comentario:

  1. Estimado sobrino, a reconocer, que tu extraviada alma de patigato te salvó de esta pasada...
    Cariños, miles, J.

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