domingo, 17 de mayo de 2009

Navarino: un chat enroulé


Esta es mi posición favorita. Me doy la vuelta sobre mí mismo y me enrollo de manera perfecta. Con esa pose no entran balas. Ni frío, ni calor. Temperatura ideal. Todo bien. Cuando llegas a un punto de relajación total, te olvidas de que eres gato, negro y gordo. Sólo estás en el trance gatuno del "enroulamiento". ¡Una maravilla! Los humanos no saben lo que se pierden. ¡Deberían envidiarme! Tienen que comprar frazadas y plumones para poder soportar un invierno común y corriente. Además, los humanos no tienen cola y no son tan flexibles para terminar de cerrar perfectamente ese placentero "enroulamiento". En cambio yo, no tengo atao, sólo me envuelvo sobre mí mismo y ¡san se acabó!

No hay comentarios:

Publicar un comentario